La fundición

Febriles fabricas entumecían el cuero de la mariposas.
La cinta transportaba la ruda piel
y la fundición
daba al martirio de estos insectos
un demonio resbaloso
que
alegraba al ojo mecánico.
Los engranajes encajaban
sobre el pabellón
con una luz mortecina
que profetizaba sueños de muerte y
resurrección.
Los tóxicos abundaban en la sociología de los mástiles
y el desarreglo era la visión de esos recuerdos
donde
las escafandras licuaban a los sobrios humores
Todo aniquilaba el oxigeno de los templos de acero y las
caminatas se hacían misiones azuladas entre las amapolas.
Las aves precisaban de oníricas fugas que desarrollaron
la estrategia de sacrilegios para una vida mejor allá en las colinas
donde
los potros asedian al tiempo
y los arcángeles destruyen los relojes
-balanzas de la vida

Mas nada acecha las grietas por donde fluyen las aguas míticas.
El cerebro se retuerce en un ir y venir por la ciudad
Los obuses buscan leyendas para recomenzar
Donde están los barcos -aquellos piratas?
Donde murmuran las hordas barbaras que derribaban imperios?
Donde brillan ensangrentadas las espadas de los guerreros?
Alguna huella volverá a arder cuando la pus incendiaria
brote de la vieja herida.
El tajo infectado desplegara sus alas por encima de esta
cruel, humana, aburrida maquinaria.
Mares y Océanos vengaran!!!
Delfines rabiosos, soles y lunas, monstruos subterráneos
contra las torres!
Los cadáveres imploraran ser apilados