Cuando era chico
con los pibes del barrio
solíamos arrojar piedras a los vidrios
explorar casas y fabricas abandonadas
molestar a los vecinos ortivas
construíamos chozas
con las ramas caídas
que habia dejado alguna tormenta
solíamos encender fogatas y combatir en guerras
de gomeras con el fruto del paraíso como proyectil
jugar todo tipo de manchas, campeonatos de bolitas y autitos de carrera
darle puchos a los sapos para que fumen y se hinchen
hablar con los locos que se escapaban del Borda
nunca la vida fue tan real como en ese entonces
por las noches de verano
sentados al cordón de la vereda
solíamos filosofar acerca de la vida y el universo
desentrañábamos misterios inauditos
y sentíamos escalofríos
al hablar de tales cosas
cada cual volvía a su hogar envuelto en una atmosfera
portadora de un secreto desconocido para nuestros padres
creo que fue, con la llegada de la religión
que todos los misterios de nuestras conversaciones
se terminaron
el catecismo nos contamino con sus respuestas para todo
con el devenir del tiempo se filosofo menos
la vida tambien se torno ficticia y opaca
de adulto nadie se sienta a filosofar
ya no hay con quien hablar de verdad
sobre los misterios sobrecogedores del universo
las conversaciones adultas con sus problemas
y conflictos
no me llevan a ningún lugar
algunos se encierran como una ostra
me puedo relajar
en una calle transitada
una mirada etrusca
me recordara
el camino real
hacia aquello que no existe
o hacia un reino vegetal
que ya se encuentra mas evolucionado
que el humano
con los pibes del barrio
solíamos arrojar piedras a los vidrios
explorar casas y fabricas abandonadas
molestar a los vecinos ortivas
construíamos chozas
con las ramas caídas
que habia dejado alguna tormenta
solíamos encender fogatas y combatir en guerras
de gomeras con el fruto del paraíso como proyectil
jugar todo tipo de manchas, campeonatos de bolitas y autitos de carrera
darle puchos a los sapos para que fumen y se hinchen
hablar con los locos que se escapaban del Borda
nunca la vida fue tan real como en ese entonces
por las noches de verano
sentados al cordón de la vereda
solíamos filosofar acerca de la vida y el universo
desentrañábamos misterios inauditos
y sentíamos escalofríos
al hablar de tales cosas
cada cual volvía a su hogar envuelto en una atmosfera
portadora de un secreto desconocido para nuestros padres
creo que fue, con la llegada de la religión
que todos los misterios de nuestras conversaciones
se terminaron
el catecismo nos contamino con sus respuestas para todo
con el devenir del tiempo se filosofo menos
la vida tambien se torno ficticia y opaca
de adulto nadie se sienta a filosofar
ya no hay con quien hablar de verdad
sobre los misterios sobrecogedores del universo
las conversaciones adultas con sus problemas
y conflictos
no me llevan a ningún lugar
algunos se encierran como una ostra
otros te largan su chorro de cuestiones cotidianas
pueriles, aburridas, toxicas
me puedo relajar
en una calle transitada
una mirada etrusca
me recordara
el camino real
hacia aquello que no existe
o hacia un reino vegetal
que ya se encuentra mas evolucionado
que el humano
2 comentarios:
Concervo, a los Dioses gracias, la facilidad de hablar con los locos que salen del Borda, y que no.
Llegúe por su publicación.
Seguiendo!
Saludos.
esto trae recuerdo, yo una mujer ya grande tambien tuvo alguna de esas aventuras. muy bueno, amiguito, muy bien relatado.
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